El avío era bien chiquito, 18 pasajeros un pasillito, un asiento por fila y había que andar agachado, esto que no somos tan grandes.
Vuelo bastante tranquilo con una que otra sacudida.
Rurre presioso, ahí terminan Las montañas de Los Andes, es selvático. Reyes más pradera, con toda clase de arboles frutales. Ya tenemos casa, y cocina, nos están haciendo la cama.
Un abrazo los recordamos mucho.
C y S